martes, 17 de mayo de 2011

La Cinta Blanca

Inocencia.

¿Cuando se pierde realmente la inocencia? ¿Cuando podemos decir que un ser humano deja de ser niño para ser adulto? ¿Puede un adulto tener inocencia infantil? ¿Puede un niño tener la dureza de un adulto?

Michael Haneke nos presenta en La Cinta Blanca las mismas interrogantes, fiel a su estilo, sin respuesta. Situada en la Alemania de la pre-guerra mundial, La Cinta Blanca nos ubica en un pueblo protestante del norte de Alemania tendrá lugar una serie de acontecimientos misteriosos, narrados en off por el maestro del lugar, que cuenta la historia “parcialmente de lo que escucho” y que en la época en que se sitúa la acción cuenta con treinta años. En parte, investigará los sucesos, de modo que el personaje fusiona al narrador y al artifice parcial de los misterios que sacuden la conciencia de todo el pueblo y amenazan con limitar la autoridad de la nobleza, reduciendo todos ellos simplemente a una serie de eventos desafortunados.

Diferentes personajes aparecen a lo largo de la obra, desde el Baron y su esposa, un pastor protestante en torno a cuya familia giran algunas hechos y que le da a la obra el mejor desempeño actoral, dos de sus hijos Klara y Martin quienes son forzados a utilizar una cinta blanca como señal de pureza e inocencia, otros personajes incluyen al doctor del pueblo y su niñera – amante, su hija a quien viola repetidas veces a lo largo del film hasta convertirla en su posible esposa, granjeros locales y sus hijos.

La historia inicia con un hecho dramatico: el doctor de la villa cae de su caballo mientras lo monta, al parecer porque un cable fue atado entre dos arboles haciendo al caballo caer. Este es el primero de una serie de eventos que muestran esta pequeña villa al mundo exterior. Seguidamente un obrero es asesinado, un inciendio premeditado, un niño secuestrado…. alguien es responsable, pero al estilo de Haneke, el espectador es invitado a descifrar el sentimiento de culpa de cada uno de los personajes para determinar al culpable, simbolismo oscuro que impide la percepcion sentimental de ellos como una representacion sobre los sentimientos de culpa extintos en la sociedad conetemporanea.

Ante cada hecho, la figura de los hijos del pastor protestante aparecen, intentado “ayudar” a los afligidos. Sin embargo el padre no lo comprende. En la noche del accidente del doctor, los hijos mayores: Klara y Martin llegan tarde a la cena y son incapaces de explicar donde estuvieron, sin embargo para el expectador es claro que estuvieron intentando ayudar al hijo del doctor… ¿o quiza causaron el accidente?. El padre, irritado, pronuncia la frase que dara nombre a la pelicula:


... nadie cenara hoy y mañana recibiran diez golpes de vara frente a sus hermanos, una vez que hayan sido purificados por el castigo, les pondre una cinta blanca, cuando eran niños su madre les ataba una cinta blanca para demostrar su inocencia y pureza, ahora la llevaran hasta demostrar su madurez…


Los eventos misteriosos continuan, la esposa de un granjero muere y su hijo decide vengarse del baron, a quien culpa por el hecho. El hijo del varon es secuestrado y aparece la noche siguiente amarrado y sin pantalones con clara señal de haber sido golpeado brutalmente con una vara… al mismo estilo que fueron golpeados los hijos del pastor por su padre. Nadie encuentra un culpable, sin embargo el comportamiento de Klara y Martin es cada vez mas parco, alejandose de su entorno y siempre acudiendo a ayudar a todas las victimas de estos hechos inexplicables.

Nuestro narrador asi mismo nos muestra su romance con la niñera del baron, por quien viaja hasta el pueblo contigo a pedir su mano, la que es rechazada por sus padres. El maestro sin embargo continua visitandola durante un año mientras nos narra los hechos de esta pequeña villa.

Todos los hijos del pastor sufren de algun tipo de retraimiento por como son tratados por su padre, a quien respetan y temen pero al mismo tiempo a quien odian, salvo el menor, unico elemento de ternura en la pelicula. El pastor cria un ave dentro de su estudio, ave que sera cruelmente asesinada por Klara en la unica escena de salvajismo en la pelicula como venganza por como fue tratada por su padre en las clases de teologia. Si bien el pastor siente una profunda tristeza por lo sucedido, es incapaz de mostrarla. Su hijo menor, sin embargo percibe este hecho y le regala el ave que el cria como mascota… para que no este triste.

Los extremos presentados por Haneke son diversos, mostrando la realidad del fanatismo religioso y las creencias poco comunes de la epoca. Martin de 13 años, por ejemplo es obligado por su padre, el pastor protestante, a dormir con las manos amarradas a la cama para asi evitar que se masturbe y sus hermanos temen tanto al padre que se niegan a desatarlo incluso durante el incendio del granero contigo. Martin desesperado grita por ayuda y al llegar su madre le dice que no puede desamarrarlo porque su padre lo ha prohibido. Estereotipos que, en lugar de ayudar a la formacion de sus hijos, terminan por dañarlos psicologicamente.

Desde un punto de vista, es claro que en todos los eventos de la villa estan involucrados estos dos chicos: Klara y Martin, como fiel relejo del desahogo necesario ante el trato recibido en casa por su padre, sin embargo el como lo hacen y que es lo que hacen, es imposible de percibir. De otro lado, el orden de la villa impuesto por los adultos es mostrado como moribundo y corrupto. En una escena muy impactante, el doctor despide a su niñera mediante humillaciones sexuales, la opresion del pastor sobre sus hijos llega incluso a la humillacion de ellos publicamente.

Espectacularmente actuada, La Cinta Blanca es una obra excepcional; es una novela de expresion moderno con un estilo denso y narrativo, y una negativa a responder interrogantes fiel al estilo de Haneke. Rodada integramente en blanco y negro como todo obra que nos recuerda el periodo de pre-guerra, cada aspecto del mundo es recreado intensamente real, desde el brillo de la luz solar, los campos de cultivo, los sombreros de los agricultores, con un rencinto cerrado en un universo sofocante: los interiores y paisajes son dispares en busca de un drama helado, casi embalsamado. Lo llamativo no hay musica a lo largo de todo la obra, en palabras de Haneke, la vida no tiene musica, solo cuando prendemos la radio y, a comienzos del siglo XX, la radio solo transmite noticias, por eso solo se oyen noticias en La Cinta Blanca.

La historia narrada en forma retrospectiva por un hombre, ahora viejo, parece intentar explicar los origenes del nacismo, pero sin embargo no es capaz de aclarar los acontecimientos propios de esta villa, los que sin embargo son claros para su narrador, quien se niega a explicarlos al final de la obra, una narracion poco fiable y distorcionada de los eventos, aun asi es dificil no sentirse fascinado por los cabos sueltos de la obra, la misma cinta blanca que sirve para mostrar inocencia en un niño es utilizada para tapar la ceguera de otro al final de la pelicula… la clave de la ceguera de una sociedad retratada en los ojos de un niño, una sociedad ciega ante los abusos cometidos por los padres, una sociedad ciega ante como el ser humano deformo la vida y la convirtio en caos.

Como todo pelicula de Haneke, La cinta Blanca deja sin aire al expectador, su severidad y perfeccionsimo formal son curiosamente detallados pero a la vez anticuados, un director que a menudo se considera un vanguardista con una autoridad filosofica para hacerlo, convirtiendolo en Tolstoi del cine contemporaneo una obra que a regañadientes por su final marca al espectador y lo hace repensar su rol en la sociedad y el trato que le brindamos a los mas pequeños… una obra que sin duda tienes que verla, si no lo haz hecho…. date el gusto!